Muchos árboles y arbustos pueden propagarse por medio de esquejes, ya que los puntos nodales (donde la hoja se une al tallo) pueden desarrollar raíces.
Los tallos que vamos a usar para esquejar pueden cortarse de distintas partes de la planta. Existen distintos tipos de esquejes:
- Leñosos: se emplean para la propagación en el período de latencia de las plantas (octubre-noviembre, febrero-marzo)
- Semi-leñosos: se emplean a mitad de verano (en lugares donde no hay latencia estival)
- Jóvenes o blandos: se emplean desde primavera hasta otoño.
Para la propagación en otoño-invierno se emplean tallos leñosos con pocas o ninguna hoja, aunque debemos emplear tallos desarrollados durante el año. Al plantarlos ahora, las raíces ya se habrán desarrollado para primavera permitiendo el crecimiento de la planta a partir de las yemas.
Se cortará un tallo entero y de él obtendremos pequeños tallos de unos 20-25cm de largo y del diámetro de un lápiz. En la parte de abajo se hará un corte recto por debajo de una yema. En la parte superior, un corte transversal (45⁰) sobre una yema. Después se enterrará 2/3 partes en el suelo o en una maceta.
No es necesario ningún tipo de equipo especial ni de calor, ya que una vez plantados pueden dejarse en el exterior.
Las raíces de plantas herbáceas y de algunas trepadoras y arbustos también pueden emplearse para la propagación en época de latencia. Pueden cortarse trozos de raíz fibrosa de unos 5cm y colocarlos sobre una bandeja o maceta en posición horizontal; después cubriremos con una mezcla de compost (3/4) y arena (1/4). Las raíces pequeñas pueden cortarse igualmente en trozos e introducirse verticalmente.